Retórica unionista

 

ANDALUCIA/EUSKADI

 

Ala vera del socialismo made in Prisa, los representantes del otrora progresismo español encarrilaron cerca de cuatro décadas de cargos y prebendas (e la Nave va). Pero mientras el electorado de la izquierda española era progresivamente conducido a la desprotección social y la precariedad laboral, sus altos representantes políticos se hacían con pensiones vitalicias o sinecuras en consejos de administración.

 

Frente a esa bipolaridad, los intelectuales del turnismo bipartidista guardaron un prudente silencio. Especializados en demonizar la competencia política de otros nacionalismos y en denunciar la violencia revolucionaria a la que calificaron como terrorismo nacionalista, ignoraron el continuo saqueo de las arcas públicas y la corrupción masiva. Algunas de sus firmas más notables, como Savater, Boadella o el marqués de Vargas Llosa, forman parte de una excéntrica perifericidad hispana que ha optado, con bombo y platillos, por identificarse con la España española y colaborar como propagandistas a su mantenimiento. Así, el filosofo par excellence de la Santa Transición, el otrora libertario Savater, poco después del ataque terrorista a las Torres Gemelas calificó para la prensa internacional al entonces presidente del PNV, Xabier Arzalluz, como un peligro semejante a Bin Laden; meses antes había actuado como maestro de ceremonias en el pacto del Kursaal entre Mayor Oreja y Redondo Terreros para desalojar al nacionalismo vasco de Ajuria Enea.