Articulos de Opinion

27 abril 2014

Ocho apellidos… andaluces

ANDALUCIA

Las banderas no nos ofenden, pero no las usamos como armas ofensivas y, desde luego, nunca la blanca y verde traerá guerra

 
Imaginen por un momento, que el protagonista de Ocho apellidos vascos no es un pijito andaluz del barrio de Triana, sino su homólogo madrileño de la calle Serrano, con su polo bien planchado y su gomina. Fin de la comedia. Los signos del nacionalismo español se volverían serios, ofensivos, incapaces de provocar la risa del auditorio. Miren si no lo que le ha ocurrido a Esperanza Aguirre, que a fuerza de creerse alguno de los tópicos que se han creado alrededor de Andalucía (banderita, religiosidad y toros), pensó que estaba en tierra conquistada, e hizo un bodrio de pregón de la Feria de Abril que ni siquiera los más incondicionales taurinos vieron con buenos ojos.
Y es que, en Andalucía, nada es lo que parece. Las banderas no nos ofenden, pero no las usamos como armas ofensivas y, desde luego, nunca la blanca y verde traerá guerra; la religiosidad de gran parte de sus habitantes es popular, poco dogmática, más relacionada con la infancia y la belleza que con la liturgia y, en cuanto a los toros, tenemos el mismo porcentaje de personas que no soportan la tortura de este animal que el resto de España. O sea, mayoría.
Desde tiempo inmemorial, cuando España necesita presentar una imagen más suave y apetecible, o simplemente más estética, toma la forma andaluza. Desde el flamenco, el traje de gitana (el único traje regional de alta costura, que incorpora moda y diseño), hasta la forma alegre y sociable de entender la vida. Si, como digo, han utilizado el tópico andaluz para tantos fines y si a los andaluces, desde que somos niños, nos enseñan a “reírnos de nuestra sombra”, no nos vamos a molestar por ver a un andaluz pijo haciéndose líder de la kale borroka o disfrazado de abertzale por amor.
Hay, eso sí, un sólo tópico andaluz que abominamos todos los que aquí nacimos o vivimos, que es el de la vagancia, porque no se trata realmente de un tópico que surja de nuestra forma de ser sino de una etiqueta con la que se ha pretendido justificar el desigual reparto de la riqueza en España. Pero, vamos, que si la reciente historia de cada territorio permite otorgar etiquetas, que se tienten la ropa de los que pretenden reducir lo andaluz a unos cuantos estereotipos y tengan cuidado porque la historia del siglo XX puede deparar terribles etiquetas a los que se ríen de Andalucía. En cuanto al resto de los tópicos, sólo nos molestan cuando sirven para presentarnos como personajes subalternos, chachas y empleados, de la comedia nacional, que vive de afirmar su superioridad porque carece de cualquier otro distintivo. Que somos alegres, sociables, amantes de la vida, enamoradizos ¿qué problema hay en ello?
Pero, a lo que íbamos, la película Ocho apellidos vascos no sería posible sin que el contrapunto fuese andaluz, la comedia no funcionaría porque cualquier otra identidad chocaría de forma abrupta, sin amabilidad ni comprensión alguna. Al final, el andaluz consigue conquistar a la vasca y, en una pirueta de fina ironía, nos muestra la trampa y el cartón de la historia: ese coche de caballos cortejado por Los del Río que pone fin a la película confirma que, efectivamente, somos capaces de reírnos de nuestra sombra. Y cuando un pueblo es capaz de esto es que carece de complejos; que su identidad es tan líquida, tan porosa, que está segura de impregnar, poco a poco, a todo aquél que se acerque sin necesidad de clavar la bandera de la conquista. Ojalá España se pareciese más a Andalucía y fuese capaz de evitar las espinas, desdramatizar los conflictos y confiar en el poder seductor de las palabras.

Noticia Original: Diario El Pais Andalucia- POR CONCHA CABALLERO

10 comentarios »

  1. Chapeau. Esto artículo es sin duda uno de los mejores que he leído desde hace mucho tiempo. Mi más sincera enhorabuena.

    Comentarios por Jorge — 28 abril 2014 @ 21:07 | Responder

  2. Reblogueó esto en De la cocina al teclado.

    Comentarios por mariatrasversop — 28 abril 2014 @ 23:50 | Responder

  3. Nota: Distinguir entre las palabras Hay, Ay, Ahí. «Hay, eso sí, un sólo tópico andaluz…» En realidad, sería «Ay», ya que, ahí, no hay nada.
    Anda, que escribir tan bonito para luego meter la pata hasta el fondo…
    Por lo demás, viva Andalucía y vivan los Andaluces.
    Fdo: Una gaditana, orgullosa de su tierra.

    Comentarios por Lourdes — 29 abril 2014 @ 2:47 | Responder

    • Está bien escrito, pero bueno. Se refiere a que HAY un sólo tópico andaluz que abominamos, ya que el »eso sí» está entre comas. El »ay» si que no tendría sentido. Hay que leer mejor antes de corregir.

      Comentarios por Alicia Pérez Muñoz — 5 May 2014 @ 14:20 | Responder

    • Amiga gaditana, ese «Hay», es sin duda del verbo haber por lo que la frase tiene sentido.
      El artículo está muy bien escrito, dice verdades como puños y opino igualmente como la escritora.
      Un saludo para ti Lourdes y también para Concha Caballero.
      Un andaluz que ha TENIDO que dejar su tierra.

      Comentarios por Andaluz — 7 May 2014 @ 6:50 | Responder

    • Está correctamente expresado… y es que se refiere a «Hay….un tópico» ^ ^

      Comentarios por m.a.g — 7 May 2014 @ 8:05 | Responder

    • La que ha metido la pata hasta al fondo intentando sacar de donde no hay has sido tú. «Hay, eso sí, un sólo tópico andaluz que abominamos todos […]». «Eso sí» entre comas ha sido sólo utilizado para enfatizar la frase «Hay (eso sí) un sólo tópico andaluz». En cambio, los gentilicios se escriben con minúsculas y no como has escrito «andaluces» tú… De nada.

      Comentarios por Ann — 9 May 2014 @ 17:24 | Responder

    • En realidad no ha cometido ningún error… está diciendo que «hay un sólo tópico andaluz que abominamos…» del verbo haber. Simplemente sustitúyelo por «Existir» y verás que en realidad es exactamente «Hay» lo que concuerda con esa frase no «Ay». Al menos, es así como yo he entendido la frase.

      Comentarios por Ana — 15 May 2014 @ 23:16 | Responder

  4. DOñA CONCHA CABALLERO. YO SOY ERNESTO DAVILA GONZALEZ DE PUERTO RICO Y SIEMPRE HE SABIDO QUE SOY EL SEñOR DE CASTILLA…Y… YO ERNESTO DAVILA GONZALEZ …ME INCLINO ANTE TI….

    Comentarios por Ernesto Dávia González — 2 May 2014 @ 18:52 | Responder

  5. Buena exposición de lo que somos y no queremos ser.

    Comentarios por Daniel — 4 May 2014 @ 9:07 | Responder


RSS feed for comments on this post. TrackBack URI

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.